domingo, 29 de mayo de 2016

Nocturna 2016: Cold Moon



Director: Griff Furst

Reparto: Stephanie Honoré, Christopher Lloyd, Robbie Kay, Rachele Brooke Smith, Frank Whaley, Tommy Wiseau, Josh Stewart, Candy Clark.

Reseña:

El incombustible Griff Furst, director y actor, sigue sin dar su do de pecho a pesar de que aquí entrega uno de sus mejores trabajos hasta la fecha. Si analizamos detenidamente la carrera de este joven veremos que tras él hay una larga colección de títulos destinados al mercado del vídeo y la TV por cable. Responsable de engendros para la Asylum como la deplorable y desternillante Universal Soldiers o la aburrida I Am Omega, también le debemos títulos como El tiburón del pantano, Mandíbulas 3, Tiburón fantasma y Caimanes mutantes. Aparte, su trabajo como actor es también bastante amplio, habiendo aparecido en películas como Focus o Terminator: Génesis.
Pero a lo que vamos, Cold Moon es, como decía, su cinta más correcta y más para "todos los públicos", por decirlo de alguna manera.

¿De qué trata? En la pequeña localidad de Babylon, Florida, una joven es asaltada por un misterioso individuo encapuchado. Tras dar muerte a la chica, el encapuchado  lanza su cuerpo a las negras aguas del río Estigia, casualmente el mismo lugar en el que sus padres desaparecieron de su barco en la década anterior. El banquero del pueblo y su acaudalado padre son los principales sospechosos del crimen...

La película adapta una novela de Michael McDowell, guionista de Bitelchús y Pesadilla antes de Navidad y, la verdad, se queda a medio camino de todo, pese a que lo que cuenta puede resultar más o menos curioso. Cold Moon supone un entretenido pastiche de conceptos, géneros y subgéneros, entremezclando el thriller campestre con el terror sobrenatural y el drama familiar. El problema es que no termina de acertar del todo, ya que el guión, principal punto de conflicto del film, no tiene muy clara la dirección a seguir, lo que trae como resultado una película inconexa, confusa y mejorable. Es más, cuesta seguir la película debido a este farragoso guión, el cual encierra fallos tan importantes como el hecho de que no sepamos qué lugar ocupa más de un personaje hasta que el contador no alcanza más del minuto cincuenta, o que no sepamos realmente de qué trata la historia hasta bien tarde. A todo esto hay que añadir la dirección de Furst, salpicada de esos tics que caracterizan el cine que hace, es decir, planos tan cerrados y breves que no te permiten vislumbrar lo que ocurre alrededor de los personajes, secuencias que requieren acción resueltas en dos segundos, etc.

No obstante, no todo es negativo, ya que esa incertidumbre y falta de dirección del libreto puede incluso jugar a favor de la película al contar con algún giro argumental que permite un replanteamiento completo de lo visto anteriormente, dando ya a conocer cuáles son las verdaderas intenciones de los mugrientos y pringosos espectros. Por ende, reivindico la idea que intenta transmitir la película acerca de la locura y pérdida del control de la situación de uno de los personajes principales.

Sin duda, lo mejor de Cold Moon, ya que empieza de una forma bastante potente, y las breves apariciones del asaltante encapuchado resultan francamente turbadoras. Aparte, los escenarios rurales en los que se desarrolla la historia resultan sobrecogedores y junto con la soberbia ambientación son, con diferencia, lo mejor de la película. De acuerdo que el espectador tiene cierta sensación de desasosiego transmitido por la abuela y hermano de la joven asesinada, pero no es suficiente para que el visionado de la cinta suponga una experiencia realmente satisfactoria.

No se merece una mención especial ninguna de las actuaciones, salvo quizás las de Frank Whaley y Josh Stewart, correctos y entregados a su labor, pero poco más. La presencia de Christopher Lloyd es meramente anecdótica y supone un toque cómico de naturaleza involuntaria. Además hay que añadir ciertos momentos con altas cotas de delirio que invitan a la carcajada. Si esto es bueno o malo, ya depende del estado de ánimo en el que se encuentre el espectador.

En resumidas cuentas, Cold Moon es un ejercicio de suspense y terror que se ve con agrado, aunque no supone ni una reinvención de ninguno de los dos géneros ni tampoco va a perdurar en el recuerdo salvo por tratarse de lo mejor que ha hecho su director en toda su carrera.


Nota: 5/10

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